Por primera vez en una década no asistiré a La Ciudad de las Ideas 2019
En el clima político actual, me es imposible seguir apoyando un evento que se rehúsa a tomar una postura frente a los grandes problemas de la humanidad.
2019 hubiera sido mi décimo año como asistente a La Ciudad de las Ideas. No tengo suficientes palabras para describir el impacto que CDI ha tenido en mi formación intelectual, emocional y personal. Recuerdo la primera vez que fui en 2010, jamás me imaginé estar en un evento similar al de un concierto pero en el que los “rockstars” fueran Michio Kaku y Jared Diamond, los dos autores por los que me animé a ir al evento en un principio (¡aunque Diamond canceló y ya no lo pude ver! :C).
Quedé genuinamente abrumado y después de ese fin de semana en Puebla, decidí que cada año marcaría en mi calendario las fechas de La Ciudad de las Ideas, por ningún motivo me perdería el evento en el futuro.Las pláticas y las ideas a las que me expuso CDI me formaron como un pensador crítico, liberal y humanista; obviamente no podemos reducir toda mi formación intelectual a un evento, he tenido otras influencias, pero me queda claro que el impacto que el evento tuvo en mi formación fue inmenso.
Siempre he entendido que como un evento de ideas CDI se ha dado a la tarea de traer pensadores de diferentes espectros políticos. El escenario de CDI ha sido compartido por Richard Dawkins y Deepak Chopra, por Michael Shermer y Dinesh´D Souza, por Rigoberta Menchú y Gloria Álvarez. Aunque no estoy de acuerdo con las ideas que algunos de esos ponentes venden, entiendo que el propósito de CDI es mostrar ambas caras de la moneda, fomentar el pensamiento crítico e invitar a la gente a tomar su propia postura.
Mi confianza, cariño y respeto a La Ciudad de las Ideas era incondicional. De hecho llegó el punto en el que ni revisaba la lista de ponentes, me gustaba llegar y sorprenderme. Pero todo eso cambió el año pasado cuando el debate, el evento principal de la conferencia, se centró en el Cambio Climático.
Por un lado tenías a Lawrence Krauss, Mario Molina y Daniel Shrag, científicos de carrera, argumentando la innegable realidad de que el cambio climático es real y causado por los humanos. Del otro lado, Richard Lindzen, William Happer y Lord Nigel Lawson discutían lo contrario.
El hecho es que sabemos con certeza que el cambio climático es una realidad innegable que amenaza a la especie humana con su extinción. Desde mi punto de vista organizar ese debate fue primero, una falta de respeto al tiempo y trabajo de Krauss, Molina y Shrag, y segundo, una manera de legitimar la postura de quienes lo niegan. El simple hecho de tener esa discusión en un escenario tan respetado como el de La Ciudad de las Ideas invita a la gente a tomarse en serio las dos posturas, a pesar de que una de ellas sea una terrible patraña sin fundamentos.
Recuerdo estar furioso y decepcionado cuando me enteré del debate. Mientras sucedía en el evento yo abucheaba a quienes negaban el cambio climático con mucho fervor, esos individuos, que están poniendo en riesgo el futuro de la especie humana no merecen nada de respeto ni atención. Quise confiar en el buen juicio de los Ideastas, pero mi corazon se rompio aun más cuando al salir del debate hable con varias personas quienes creían que “los que negaban el cambio climático hacían muy buenos puntos” y que “había que mantener una mente abierta”.
¡No! La mente se debe de mantener abierta, pero no al grado de rechazar el consenso científico, no al grado de cuestionar el tema que pone en riesgo nuestro futuro como especie. Pero tal es el impacto de escuchar ese tipo de ideas en escenarios tan respetados como el de CDI.
Por primera vez en diez años no quise comprar mis boletos del siguiente año en la pre-venta de CDI 2018. A modo de broma le dije a mi esposa “primero hay que ver si no invitan a un Neonazi a dar conferencia”.
Tiempo después mi esposa y mi mamá me convencieron de comprar los boletos como siempre. Ellas saben que para mí La Ciudad de las Ideas es un evento importante que incluso he internalizado como parte de mi identidad intelectual, les hice caso, una vez más confié en CDI y compré mis boletos.
Pocas semanas antes del evento recibí un correo donde venía un póster con el nombre de todos los participantes y entre esos nombres vi el del invitado que me haría decidir no participar en esta edición de La Ciudad de las Ideas: Sean Spicer.
Sean Spicer es el antiguo secretario de prensa del presidente Donald Trump. El actual presidente, no es secreto, es racista y se apega a la ideología de la supremacía blanca. Sean Spicer, en plena conciencia, decidió trabajar para ese individuo y como su secretario de prensa lo ayudó a empujar sus mentiras y de frente le mintió al pueblo americano en temas como el tamaño de la multitud en la inauguración de Trump, los tres millones de votos ilegales en la elección de 2016 y las falsas acusaciones de espionaje por parte de Obama en Trump Tower. Sólo para aclarar, todas esas noticias son inequívocamente falsas y todas ellas Spicer las defendió como verdaderas para complacer a su jefe.
Desde su renuncia Spicer ha intentado rehabilitar su imagen y por supuesto al ser un hombre blanco con dinero, lo ha logrado con éxito, desde participar en Dancing with the Stars hasta ser invitado a conferencias internacionales.
Recordemos por favor que Spicer no renunció a su posición por algún llamado ideológico y moral, lo hizo porque no toleró que Trump pusiera a Anthony Scaramucci como su jefe. Spicer siempre tuvo claro quién era Trump, cuál era su ideología y sus objetivos y así decidió trabajar con él.
La participación de Spicer no ha tenido mucha publicidad por parte del equipo de CDI, a diferencia de otros ponentes como Yusef Salaam, uno de los cinco exonerados de Central Park. De hecho, he recibido al menos tres correos del equipo de CDI donde hablan de Yusef Salaam.
Entiendo que Dawkins y Chopra pueden compartir un escenario e intercambiar ideas, pero no entiendo la lógica detrás de poner a Spicer y a Salaam en el mismo escenario. ¿Está consciente el equipo de CDI que el antiguo patrón de Spicer (Trump) abogó porque se le diera la pena de muerte a Salaam y a sus compañeros?
Repito, el antiguo jefe de Sean Spicer, la persona para quien Sean Spicer trabajó con plena conciencia, invirtió esfuerzo y dinero en intentar convencer al público de que Yusef Salaam y sus cuatro amigos merecían morir por un crimen que luego se reveló no cometieron.
¿Merece Spicer o cualquier persona relacionada a Donald Trump la atención de la audiencia de CDI? Perdón, pero no lo creo. Personalmente no puedo apoyar un evento, por más importante que sea para mí, que es cómplice en la rehabilitación de la imagen de alguien como Sean Spicer.
Por último, más tarde me enteré que el debate de este año pondría a discutir a personas Pro-Vida con personas que están a favor del aborto y eso sólo intensificó mis ganas de retirarle todo tipo de apoyo a este evento.
En el pasado ha habido debates sobre las redes sociales, métodos de crianza e incluso sobre si dios existe pero, ¿poner a debate el derecho de las mujeres a tener control sobre su propio cuerpo? ¿Poner a un fascista y supremacista blanco en el escenario? Esas son cosas con las que no quiero tener nada que ver.
Estamos en medio de una crisis política en la que se están consolidando gobiernos neo-fascistas alrededor del mundo, mientras el mundo literalmente arde en llamas por culpa del cambio climático. Estamos viendo protestas semanales de los más jóvenes que exigen su derecho a tener un futuro y es en ese contexto que CDI decide cuestionar la legitimidad de esos problemas y además legitimar las raíces de algunos de ellos.
Es por eso que este año habrá dos asientos vacíos en el auditorio de CDI 2019. Ni siquiera intente vender mis boletos pues no creo que nadie deba de prestarle un poco de atención a ese tipo de personas y ese tipo de ideas.
La Ciudad de las Ideas me ha enseñado que el pensamiento crítico no se debe de ejercer únicamente con las ideas con las que no estamos de acuerdo, es CDI quien me ha enseñado a ser crítico con lo que amo y este texto lo escribo justamente por eso; porque amo CDI y no criticar sus acciones sería demostrar que no me importa el evento, lo que significa para mí y su legado.
Amigo Ideasta, si estás de acuerdo con al menos un poco de lo que digo en este texto pero aún así asistirás al evento te pido por favor que abuchees y sabotees al fascista neo-nazi de Sean Spicer. Hazle saber al equipo organizador que la Ciudad de las Ideas no es el lugar donde se debe de recibir a ese tipo de personas y recuérdales que no deben de creer todo lo que piensan.